En consulta, me encuentro con personas que, a pesar de considerar que están más o menos bien y con una autoestima sana, sienten que hay algo más que les impide avanzar.
Y es que, la autoestima no es solo querernos. Es la percepción que tenemos de nosotros mismos en su conjunto: nuestras fortalezas, debilidades, valores, creencias… Abarca cómo nos sentimos, cómo nos vemos y cómo nos relacionamos con el mundo.
Nuestra autoestima también juega un papel fundamental en nuestras relaciones con los demás. Cuando tenemos una autoestima baja, tendemos a ser más dependientes, inseguros y celosos. Podemos tener dificultades para establecer límites sanos y comunicarnos de forma efectiva.
¿Te has sentido alguna vez estancado? ¿Repitiendo patrones que no te gustan? ¿Sientes que hay una parte de ti que no termina de encajar? La terapia puede ser una herramienta poderosa para explorar esos rincones de tu ser y construir una autoestima más sólida y resiliente.
Olvídate de los estereotipos. La terapia no es solo para «gente que está fatal» o personas con problemas graves. Es un espacio de autodescubrimiento y crecimiento personal donde:
- Explorarás tus emociones: Aprenderás a identificarlas, comprenderlas y gestionarlas de forma saludable.
- Desarrollarás la autocompasión: Serás más amable contigo mismo, aceptando tus errores y aprendiendo de ellos.
- Fortalecerás tu autoconfianza: Te sentirás más seguro de ti mismo y de tus capacidades.
- Identificarás patrones limitantes: Descubrirás creencias y hábitos que te están frenando y aprenderás a modificarlos.
- Desarrollarás relaciones más sanas: Mejorarás tu comunicación y capacidad para establecer relaciones positivas.
Una autoestima sana es fundamental para una buena salud integral. Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos, somos más resilientes ante las dificultades, tenemos una mejor capacidad para afrontar el estrés y disfrutamos de una mayor satisfacción con la vida.
En mi consulta, utilizo un enfoque integrador, combinando diferentes técnicas para adaptarme a las necesidades de cada persona. No se trata de darte consejos o recetas mágicas, sino de acompañarte en un viaje de autodescubrimiento donde tú eres el protagonista.
La terapia puede ayudarte a:
- Identificar y eliminar las barreras que te impiden sentirte pleno y satisfecho: Aprenderás a superar creencias limitantes, patrones de comportamiento negativos y relaciones tóxicas.
- Desarrollar hábitos que te hagan feliz: Aprenderás a cuidarte a ti mismo, a disfrutar de las cosas que te gustan y a vivir el presente con plenitud.
- Cultivar relaciones positivas: Aprenderás a construir relaciones sanas y satisfactorias con las personas que te importan.
- Encontrar tu propósito en la vida: Aprenderás a descubrir lo que realmente te apasiona y a vivir una vida con sentido.
La autoestima es un regalo que puedes darte a ti mismo. Invertir en tu autoestima es invertir en tu bienestar mental y en tu felicidad.
¿Estás listo para dar el primer paso?
¿Te animas a dar el primer paso? La terapia puede ser la llave que abra las puertas a una vida más plena y significativa.
Recuerda:
- La autoestima no es un estado permanente, sino un proceso continuo de construcción.
- La terapia no es un lujo, sino una inversión en tu bienestar.
- Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía.
Si te sientes listo para dar un paso adelante en tu camino de autodescubrimiento, no dudes en contactarme.
¡Te espero!
Un cálido abrazo de María José, tu psicóloga 🙂